Conocimientos sobre el Alma obtenidos a través de Sibyl Universal. 


¿Cuántas clases de Almas hay? ¿Cómo distinguirlas? ¿Cómo es mi Alma? ¿Qué necesita que no le esté dando?

 

La primera distinción entre almas es si el alma tiene luz propia o no tiene luz propia. Es como el sol o las estrellas –luz propia- y la Tierra o planetas.

 

Todas las almas tienen luz, pero si hay propia, hay conciencia despierta o conciencia en potencia.

 

El ser humano tiene luz propia. Los animales pueden pasar de almas sin conciencia a alma consciente. Forma parte de la ley de evolución.

 

El denominador común es otra distinción. Y el pertenecer al círculo o a otro símbolo de proyección de energía, también. Hay Almas de Quietud, Almas de Movimiento, Almas de Transformación y Almas de Liberación.

 

El alma da la individualidad fuera del espíritu, pero, al mismo tiempo, une a los seres humanos.

 

Las almas de movimiento, como tales, necesitan del intercambio y de la relación. Crecen intercambiando para aportar y para adquirir.

 

El alma, no olvidemos que es el niño en la escuela, aprende, alcanza niveles, esa es su razón de ser, aprender, superarse, avanzar. Con todo lo que esto significa en el ejemplo de la acción.

 

Por tanto, seguir aprendiendo.

 

Las almas se han de tocar para vivificarse. El cuerpo se ha de estremecer con la fuerza del alma, de la propia y la de los demás.

 

El arte es una prueba de lo que os digo, el amor en la pareja también, los padres y los hijos. Pero para sobrevivir, la humanidad tiene que abrir los ojos al alma de la humanidad en el alma de la Tierra. Este es un principio.

 


¿Cuáles son las características y fines de los cuatro tipos de Alma? Es decir, las de quietud, las de movimiento, las de transformación y las de liberación, Y ¿Hay algún tipo más?

 

Las almas de quietud están en conexión con la naturaleza, los árboles, las plantas, los minerales y algunos animales silvestres. Las almas de quietud nos enriquecen con su energía equilibrada con el alma de la tierra. Han de estar en convivencia de un entorno natural para sentirse bien y transmitir toda la riqueza y sabiduría que nos proporciona la naturaleza. Aman la vida en todas las formas y diversidad.

 

Las almas de movimiento convierten el mundo en un mundo humanizado y cercano entre los distintos lugares. Las almas de movimiento necesitan y promueven las relaciones interpersonales. Nos muestran el camino de los semejantes, saben que el grupo es la fuerza para el plan global.

 

Son almas siempre dispuestas para enseñar y mostrar la sabiduría que cada ser humano aporta a los demás. Nos encaminan hacia la paz a través del movimiento ondulante de la humanidad.

 

Las almas de transformación son el extremo del péndulo, es el líder que vira el rumbo, y como si se tratase de un solo acontecimiento, esa sola vez es suficiente para descubrirnos el horizonte siguiente, abre la puerta, como en un nuevo amanecer. Son almas plenas de pasión y de unidirección focal. No necesitan de las relaciones como el alma de movimiento, pero los demás si les necesitamos en nuestro progreso humano, pero en todos los niveles, ciencia, mística, religión, economía, política, etc. Sin estas almas la historia no sería la misma.

 

El alma de liberación lo son porque ayudan a transmutar de la vida a la muerte y de la muerte a la vida. El ciclo de la vida y el ciclo de salvación. Los misterios de nuestra naturaleza permanecen abiertos a las almas de liberación. Necesitan dedicarse a sanar y ayudar en todos los procesos del ciclo de la vida. Son almas capaces de liberarnos de la ignorancia y la confusión.

 

Hay un orden por el cual las personas manifestamos nuestras cualidades y en esos niveles de orden se mantiene la armonía para desarrollar nuestras capacidades de abajo a arriba, físico, emocional, mental y alma. Así pues, donde permanece la persona es algo para lo que no estamos educados pues solo se entiende hasta lo mental-intelectual, en muchos países del mundo en la actualidad. Por supuesto que no es homogéneo y por ello la voluntad de los seres más abiertos a crecer y superarse hace posible que los cuatro tipos de almas sucedan en la tierra.

 

Nos hay más tipos de almas en cuanto a la dirección de su energía. Y todas ellas tenemos un común denominador. Y es que formamos parte del origen y fin del ser humano en el plan del universo, voluntad de Dios.



¿Cuál es el origen de las almas y de los cuatro tipos de alma?


El origen del Alma es la voluntad de Dios, voluntad como la de todos los inicios. Porque el inicio del Alma es la Conciencia, individuo y consciencia, para encaminarse en cada ser humano único. Por ello, consciencia y amor es la pureza superior para el Alma. Con ello, también podemos decir que el origen del Alma también es el amor. El amor es entrega y servicio a los demás, por ello los tipos de Alma son los tipos básicos de servicio que regalamos a los demás. Regalamos porque todo lo que es natural es un regalo, primero para ese ser humano, que entregándose en la dirección de su energía se hace más puro, superando la individualidad y, en cambio, está en comunión con los demás.

 

Es muy importante purificar nuestra personalidad, estar cada día más acorde con nuestra Alma, en nuestros pensamientos, en nuestras emociones y actuaciones. Siendo protagonista nuestra Alma en nuestra vida, viviremos siendo mejores y sintiéndonos más radiantes y dichosos.

 

En la consciencia está el conocimiento de quienes somos y del propósito de nuestra naturaleza física y sutil, pero limitados en la ignorancia y el desconocimiento hemos de superarnos abriendo los ojos a la verdad.

Los caminos están trazados hacia una única verdad y hacia un único fin, el bien y la felicidad.

En qué lugar del camino estamos y qué hacemos con la libertad que poseemos es otra pregunta a explorar.

 

Y en el fondo del mar cósmico, en las aguas profundas, existen las Almas, y atraídas por la luz de la superficie nacen a la consciencia, abiertas al cielo inmenso de las posibilidades. Y en la decisión de explorar un mundo nuevo, recuerdan, solo en sueños el origen de la vida en las aguas en las que fueron engendradas.

Y en el nuevo mundo, descubren también la oscuridad que les impide ver pero que, cada día, trae la promesa del amanecer.